Las esperanzas para alcanzar una tregua que acabara con los dos años y medio que dura el conflicto interno entre los paramilitares sudaneses de las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) y el Ejército de Sudán han vuelto a frustrarse este martes.
Si un día antes las FAR habían propuesto una tregua humanitaria de tres meses que aliviase la grave crisis humanitaria que vive el país, en las últimas horas se ha sabido que el general del Ejército sudanés, Abdel Fatah al-Burhan, la ha rechazado, considerándola de «inaceptable».
«Instamos a ambas partes a aceptar la tregua humanitaria tal como se les ha presentado, sin condiciones previas», ha declarado el enviado estadounidense Massad Boulos, durante una rueda de prensa conjunta con el asesor del presidente emiratí, Anwar Gargash, pocos días después de que el jefe del Ejército acusara a su país, uno de los firmantes del Cuarteto para Sudán – junto a EE.UU, Egipto y Arabia Saudí – de apoyar a las FAR. «Nos gustaría que aceptaran el texto específico que se les ha presentado», ha añadido Boulos.
El líder de las FAR, Mohamed Hamdan Dagalo, alias Hemedti, había anunciado horas antes una tregua humanitaria unilateral de tres meses en el conflicto que asola desde hace más de dos años y medios Sudán, en respuesta a un plan de paz promovido por Estados Unidos. «En base de nuestra responsabilidad y en respuesta a los esfuerzos internacionales encabezados por la iniciativa (de paz) del presidente estadounidense, Donald Trump, (…) anunciamos una tregua humanitaria de tres meses», ha dicho Hemedti en un discurso difundido por los canales del grupo.
Asimismo, el sudanés ha afirmado que su anuncio también responde a la propuesta del llamado Cuarteto para Sudán, formado por EE.UU, Egipto, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos (EAU) – que en septiembre pasado llamó a una tregua humanitaria y a entablar diálogo para alcanzar una solución negociada para la devastadora guerra en el país africano.
«Las FAR y las fuerzas aliadas con ellas hemos decidido anunciar una tregua con el fin de reforzar la seguridad para los civiles, facilitar la llegada de ayuda y dar un rayo de esperanza a la gente», ha recalcado.
El líder paramilitar ha llamado a los miembros del Cuarteto a «presionar para que la otra parte responda a la tregua» que, de ser aceptada por el Ejército, sería la primera de las que habían sido anunciadas con la mediación saudí – estadounidense a mediados de 2023. Todas las anteriores fueron incumplidas por las partes.
Igualmente, Hemedti se ha comprometido a proteger los convoyes y almacenes de la ayuda enviada a los damnificados y desplazados, facilitar el acceso del personal humanitario a las zonas afectadas por el conflicto y a cooperar con la ONU y las organizaciones humanitarias. También ha asegurado que aceptan la creación de un mecanismo de monitoreo sobre el terreno de la tregua bajo supervisión del Cuarteto, la Unión Africana y la IGAD (la africana Autoridad Intergubernamental para el Desarrollo)».
El anuncio unilateral del sudanés llega pocas horas después de que su rival, el jefe del Ejército de Sudán, Abdelfatah al Burhan, criticara la mediación de EE.UU a través de su enviado especial, Massad Boulos, a quien acusó de ser «parcial» y de «hablar en nombre» de Emiratos Árabes Unidos (EAU), país acusado de apoyar y financiar a las FAR.
Sin embargo, Al Burhan ha asegurado en el pasado que está abierto a los esfuerzos de paz de EE.UU y Arabia Saudí. También a entregar a los mediadores un «mapa de ruta» con sus condiciones para detener la guerra, entre las que destacó la retirada de las FAR de las ciudades y excluir a EAU del Cuarteto para Sudán por su «ayuda a los rebeldes».
Por el momento, no hay confirmación de que las partes hayan aprobado de forma oficial la última proposición de tregua, según las últimas informaciones difundidas por el enviado de la Casa Blanca.
Cólera, malaria o dengue
La guerra en Sudán estalló el 15 de abril de 2023 y desde entonces han muerto decenas de miles de personas, otras más de 13 millones se han visto obligadas a abandonar sus hogares y más de la mitad de la población del país africano se enfrenta a niveles de inseguridad alimentaria aguda, según Naciones Unidas.
Esta situación ha convertido al país en escenario de la peor crisis humanitaria y de desplazamientos del planeta, y tanto EE.UU. como la ONU acusan a ambas partes del conflicto de cometer crímenes de guerra.
Lo peor de esta contienda fue tras la caída en manos de las FAR a finales de octubre de la ciudad occidental de Al Fasher, donde se han denunciado numerosas atrocidades, incluidos asesinatos extrajudiciales y violaciones de mujeres y niñas sobre bases étnicas. «Al Fasher es una ciudad que lleva sitiada más de dieciséis meses. 130.000 niños están atrapados, sin acceso a alimentos, agua ni atención médica. Sin una salida segura», dijo el Director Ejecutivo Adjunto de UNICEF, Ted Chaiban, durante una visita al país el pasado mes de octubre. «Las enfermedades están en todas partes. El cólera, la difteria, la malaria y el dengue se cobran vidas jóvenes a medida que los sistemas de salud colapsan. La violencia priva a los niños de su seguridad. En tan solo seis meses se verificaron al menos 350 violaciones graves, entre ellas asesinatos y mutilaciones, en Darfur del Norte», añadió.
Más de dos años de conflicto interno
La guerra que estalló en Sudán en abril de 2023 no surgió de un día para otro; fue el resultado de un largo choque contenido entre dos hombres fuertes que, durante años, habían compartido el poder en un país que intentaba salir de una dictadura de tres décadas. Tras la caída de Omar al Bashir en 2019, Sudán abrió una pequeña ventana de esperanza hacia una transición civil. Pero la convivencia entre el Ejército regular —liderado por el general Abdel Fattah al Burhan— y las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), encabezadas por Mohamed Hamdan Dagalo “Hemedti”, era una bomba de relojería. Cada uno construyó su propio aparato de poder, sus alianzas regionales y sus redes de negocio, en un país ya frágil y exhausto.
La tensión se disparó cuando se acercaba la fecha para integrar a las RSF dentro del Ejército, un paso imprescindible para avanzar hacia un gobierno civil. Burhan quería una integración rápida bajo su mando; Hemedti exigía años de margen, consciente de que ese proceso podía diluir su poder. El choque dejó de ser político y se volvió militar cuando ambas fuerzas desplegaron tropas en posiciones estratégicas de Jartum. La capital amaneció bajo fuego cruzado el 15 de abril, y la transición, ya erosionada tras el golpe militar de 2021, saltó por los aires.
La guerra no solo enfrenta a dos generales; enfrenta dos estructuras armadas con intereses económicos profundos. Las RSF controlan minas de oro y redes de comercio ilícito que les han dado autonomía financiera y respaldo extranjero, mientras que el Ejército conserva el reconocimiento internacional formal y el control de instituciones clave. En un país de enormes recursos pero devastado por décadas de corrupción, estas rivalidades han convertido la economía en un botín más que en un proyecto de futuro. La población civil, atrapada entre bombardeos, saqueos y desplazamientos masivos, paga el precio de un conflicto que no eligió. Su sufrimiento sigue lejos del foco global. En Occidente ha quedado relegado a una mera nota informativa.



You must be logged in to post a comment Login