La Suprema Corte de Texas anuló el lunes, después de haber suspendido previamente, una decisión judicial que permitía abortar a una mujer con un embarazo que pone en riesgo la vida del feto, pocas horas después de que sus abogados anunciaran que había salido del estado para interrumpir su embarazo.
Kate Cox, embarazada de 21 semanas, recibió la confirmación de que su feto tiene trisomía 18, una anomalía cromosómica asociada a graves malformaciones que significa que probablemente morirá antes de nacer o, como mucho, vivirá unos pocos días.
Es por eso que una joven, su esposo y un médico presentaron una demanda en Texas la semana pasada, y por eso un juez del condado de Travis inicialmente le concedió el derecho al aborto. Pero el fiscal general de Texas, Ken Paxton, apeló ante la Corte Suprema del estado, que anuló el fallo.
La interrupción es un recuento de los acontecimientos a un médico que cree que si no se interrumpe el embarazo, el útero de la mujer puede romperse, poniendo en peligro su vida.
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