Tras el fin la operación militar israelí sobre Gaza —por el acuerdo sellado este lunes en Egipto, que ha permitido la liberación de los últimos veinte rehenes con vida en manos de Hamás y el excarcelamiento de 1.968 presos palestinos— el miedo a que la actual inestabilidad y la tensión por el enfrentamiento entre milicias pueda desembocar en una guerra civil empieza a preocupar a la población palestina, exhausta por dos años de bloqueo y de continuos bombardeos israelíes.
La prensa israelí y la BBC británica han informado de que Hamás habría llamado a filas a sus fuerzas de seguridad, en torno a 7.000 miembros, para retomar el control de las zonas de Gaza hasta hace cuatro días ocupadas por las tropas israelíes.
Además, el grupo islamista habría nombrado cinco nuevos gobernadores, todos ellos con antecedentes militares, algunos de los cuales comandaban su brazo armado, las Brigadas Al Qasam.
La movilización para tareas de recuperación del control de las calles se ha realizado a través de llamadas telefónicas y mensajes de texto, indicando que el objetivo era «limpiar Gaza de forajidos y colaboradores de Israel» y solicitando a los combatientes que se presentaran en un plazo de 24 horas, según ha informado la BBC.
Enfrentamientos armados con muertos
La cadena británica ha comprobado que unidades armadas de Hamás ya se han desplegado en varios distritos de la capital, algunas vestidas de civil y otras con los uniformes azules de la Policía. La oficina de prensa de Hamás, sin embargo, ha negado que estuviera desplegando «combatientes en las calles».
La movilización policial de Hamás se esperaba en medio de la incertidumbre sobre quién gobernará Gaza cuando acabe la guerra. Este es uno de los asuntos clave que podría complicar el inicio de la segunda fase del plan de paz para Oriente Próximo del presidente estadounidense Donald Trump, que exige el desarme de Hamás.
El pasado fin de semana ya dos miembros de las fuerzas de élite de Hamás murieron por disparos en un enfrentamiento callejero con el clan Dughmush, una milicia anti Hamás y favorable a la ocupación israelí, enfrentamiento en el que también murió asesinado de varios disparos el periodista palestino Saleh Aljafarawi, apodado Sr. FAFO por los israelíes.
Uno de los fallecidos de Hamás era hijo de Imad Aqel, un alto comandante del brazo armado de Hamás, quien ahora dirige la inteligencia militar del grupo, ha informado la BBC. También resultó herido el hijo de Basem Naim, uno de los miembros del liderazgo político de Hamás. Recibió un disparo en la cabeza en esos combates y se encuentra en estado crítico, según confirmó Naim a EFE.
Posteriormente, miembros de Hamás rodearon una amplia zona en el barrio de Sabra donde se creía que se atrincheraban más de 300 hombres armados del clan Dughmush, armados con ametralladoras y explosivos improvisados. Ahí, Hamás mató a un miembro del clan Dughmush y secuestró a otros 30, según vídeos difundidos en la Red de Noticias Quds y distintos canales utilizados por periodistas palestinos. Y supuestamente también en Sabra ese día la milicia Dughmush mató al periodista palestino, apodado Sr. FAFO por Israel.
Armas en manos de Hamás y de las milicias
La Policía de Hamás en la Franja de Gaza acusa a esta milicia de colaborar con Israel en los últimos meses. Algunas de las armas de la milicia fueron saqueadas de los depósitos de Hamás durante la guerra, mientras que otras habían estado en posesión del clan durante años.
Un funcionario de Hamás en el extranjero declaró a la BBC, sin confirmar el despliegue de fuerzas de seguridad en Gaza, dijo: «No podemos dejar a Gaza a merced de ladrones y milicias respaldadas por la ocupación israelí. Nuestras armas son legítimas… para resistir la ocupación, y seguirán existiendo mientras esta continúe».
«Estamos persiguiendo los vestigios de la ocupación (israelí) y los mercenarios que colaboran con ella. Seguiremos hasta que se restaure la seguridad en nuestra querida Franja de Gaza», recogió en un comunicado la Fuerza Radea, parte de la Policía de Hamás en el enclave, formada por miembros de su brazo armado.
Muchos de estos clanes —además de Dughmush está Abu Shabab en el sur del enclave — fueron acusados, entre otros, de formar parte del sistema de saqueo de camiones con ayuda humanitaria que después era revendida a precios desorbitados en los mercados de la Franja.
Otro oficial de seguridad retirado, que sirvió durante años en la Autoridad Palestina en Gaza, expresó su temor de que el territorio se estuviera encaminando hacia otra ronda de derramamiento de sangre interno. «Hamás no ha cambiado. Sigue creyendo que las armas y la violencia son el único medio para mantener vivo su movimiento», declaró a la BBC.
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