En medio de la creciente militarización de la frontera con México, el gobierno conservador de Texas está amenazando con cerrar refugios de migrantes en la entidad, incluido un prestigioso refugio católico, mientras intensifica la represión en la zona y desafía al gobierno del demócrata Joe Biden en pleno año de elecciones en Estados Unidos.
La crisis migratoria se ha convertido en uno de los temas centrales de la campaña para los comicios de noviembre, que probablemente enfrentarán al expresidente republicano Donald Trump y al demócrata Biden, quien busca la reelección. Biden ha sido blanco de críticas por parte de los conservadores por lo que consideran una «invasión» migratoria a Estados Unidos. Esta semana, Biden visitó la ciudad fronteriza de Brownsville y ha estado promoviendo un acuerdo bipartidario para abordar el tema migratorio.
Por su parte, Trump estuvo en Eagle Pass, donde su aliado, el gobernador de Texas, Greg Abbott, ha tomado el control de algunos sectores de la frontera, incluida la colocación de alambre de púas en la ribera del río Bravo y la implementación de obras para una base militar. A medida que aumentan los cruces irregulares desde México, Texas ha implementado una ley desde el 6 de febrero que endurece las sanciones para quienes se dedican al tráfico de migrantes.
Después de la visita de alto perfil al estado, enviados del fiscal general de Texas, Ken Paxton, llegaron a las oficinas de Annunciation House, una ONG que opera albergues de migrantes en la ciudad fronteriza de El Paso con el apoyo de voluntarios y donaciones desde 1978. La Fiscalía de Texas ha solicitado documentación sobre las operaciones y registros de inmigrantes de la organización, alegando que facilita entradas ilegales y comparándola con una «casa de seguridad», término utilizado para los inmuebles donde los traficantes de personas retienen a migrantes mientras esperan rescate.
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